viernes, 16 de marzo de 2012

Botín sufre su primera condena por la venta de convertibles del Santander

ElConfidencial.com > Economía y Empresas > Eduardo Segovia

PUEDE SER EL INICIO DE UNA AVALANCHA DE DEMANDAS


El Banco Santander ha sufrido la primera condena por la venta de los famosos 'Valores Santander', la emisión de convertibles por importe de 7.000 millones que ha hecho perder a miles de clientes más de la mitad de su dinero. Un juzgado de Alicante ha sentenciado al banco a devolver a un cliente los 45.000 euros que invirtió en estos productos por no informarle adecuadamente de sus características.

Según informa la agencia Dow Jones Newswires, el juez condena al banco a devolver el importe de la inversión más el interés legal del dinero devengado desde octubre de 2007 y menos los cupones cobrados por el cliente en este período.

Lo relevante no es la cantidad, sino que sienta un precedente y da argumentos a los abogados y asociaciones de consumidores que están agrupando a los afectados por este producto para presentar demandas conjuntas contra el Santander. No obstante, se trata de una condena en primera instancia que puede ser recurrida por el banco y que no será firme hasta que llegue al Supremo. 

La cuestión en este caso y en todos los que pueden venir a partir de ahora es si el banco informó adecuadamente o no a los clientes a la hora de venderles estas convertibles. Obviamente, la entidad defiende que actuó siempre de forma correcta, pero el demandante alega que los empleados de la entidad le hicieron creer que estaba comprando un producto sin riesgo y a corto plazo, con cierta semejanza con los depósitos. Y el juez le ha dado la razón, hasta el punto de considerar esta circunstancia suficiente para anular el contrato de venta.

Este es el campo de batalla en el que se basan otras demandas contra la banca por la venta de productos complejos que los clientes no entendían en la mayoría de los casos. El ejemplo más conocido es el de los clips o swaps hipotecarios -derivados que protegían a los hipotecados de las subidas del Euribor pero que les hacían perder dinero con las bajadas-, donde los tribunales están fallando masivamente en contra de las entidades. Lo mismo ocurre con los bonos de Lehman -que se vendieron como productos seguros y pasaron a valer cero con la qiuebra del banco- y, más recientemente, con las preferentes.

Historia de un desastre

Los 'Valores Santander' fueron emitidos en octubre de 2007 para financiar su parte de la adquisición del grupo ABN Amro, que acometió junto a Fortis y Royal Bank of Scotland. Estas convertibles se colocaron mayoritariamente en la red con el reclamo de un interés del 7,5% el primer año, que se convertía en Euribor más 2,75 puntos a partir del segundo.Si la oferta por el banco holandés fracasaba, el Santander devolvería el dinero a los clientes en el plazo de un año, lo que asemejaba el producto a un depósito y llamó a engaño a numerosos particulares.

La oferta, que tuvo éxito -Santander se quedó con el brasileño Banco Real y dio el pase casi inmediatamente al italiano Antonveneta, ambos adquiridos al ABN-, establecía que estos bonos se convertirían en acciones en octubre de 2012 con una prima del 16% sobre la cotización del banco entonces. No parecía una subida excesiva en cinco años, lo que dio confianza a muchos clientes a la hora de embarcarse en esta inversión. Sin embargo, el resultado ha sido catastrófico, ya que el valor ha caído hasta 5,99 al cierre de ayer, y tendría que volver a 14 para que los inversores no perdieran dinero.

De ahí que desde hace tiempo se rumoree que Botín va a ofrecer alguna compensación a sus clientes por estas pérdidas, como hizo en los casos de los bonos de Lehman Brothers o los fondos de Optimal que invertían en la estafa de Madoff.

Ahora bien, de momento al que le ha salido la jugada redonda con estas convertibles es al banco. No sólo consiguió ese éxito con ABN Amro sino que han conseguido que los 'Valores Santander' sean las únicas convertibles de la banca española que computarán como capital para cumplir los requisitos impuestos por la Autoriudad Bancaria Europea (EBA).


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